LA GERENCIA DE LA UGR: UNA FASE FINAL EN CAIDA LIBRE
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En el cine italiano, con Fellini en la Caída de los Dioses y con Pasolini, en algunas de sus obras, existen claras y expresivas referencias al final de un régimen autoritario y cómo ante la certeza de ese final sus responsables se entregan a un espectáculo de desenfreno e inconsciencia.
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La gerencia de la Universidad de Granada, en su periodo de caducidad, en lugar de ser prudentes, contenidos, respetuosos, con los trabajadores y sus representantes, se ha lanzado a una carrera desenfrenada de insultos, descalificaciones, juicios de valor e intenciones, y de dar lecciones que nadie le ha pedido, ante las solicitudes de diálogo presentado reiteradamente por las organizaciones sindicales. Aunque el “cuerpo se lo pida” quien tiene responsabilidades de gobierno, no está en una taberna y debe medir mucho en sus expresiones, sobre todo, debe pensar a quien se dirige.
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Parece, que no se van a conformar con que pasen a la historia como la peor gerencia que ha habido en la Universidad de Granada, si no que quieren además celebrarlo con un despliegue de desprecios a los representantes de los trabajadores. Solo así, se puede calificar la última respuesta (la última pero no la única) de la gerencia a la posición de las organizaciones sindicales de no acudir a la Mesa de Negociación del PAS convocada. Después de 4 meses sin reunirse y de abundantes tomas de decisiones unilaterales que afectan a los trabajadores de la UGR, que no esperen la docilidad, esa no es nuestra actitud, ni nuestra función, ni lo que quieren los trabajadores de nosotros.
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Como nuevas medallas de este Sistema, nos encontramos que, previo a terminar el longevo Concurso de Méritos, convocan un nuevo Concursillo, acotado para niveles 20 de la Escala de Administración, sin previa información o negociación con los representantes de los trabajadores, como viene siendo la marca de este segundo mandato, a golpe de resoluciones. Además, nos encontramos con Comisiones de Servicio a la carta, a personal de otras Universidades, que no dudamos de la capacidad de éstos, pero esos puestos deberían de quedarse para nuestro personal interno, que lo hay.
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UGT siempre ha apostado por el diálogo y sabe reconocer lo que se hace bien y lo hemos reconocido públicamente. En la primera etapa de la gerencia, durante el primer mandato, el proceso de funcionarización fue un ejemplo de diálogo social y de negociación colectiva, con resultados loables para los trabajadores universitarios del PAS.
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Pero, el segundo mandato ha sobrado, la inflexión se produjo con la privatización del Servicio de Limpieza. Creer que en ese periodo se puede hacer lo que se quiera y sacar impunemente lo que estaban guardando para no perjudicar su reelección, nos hace dudar de la bondad de la nueva Ley de Universidades, en cuanto a la gobernanza y a los 6 años continuos de los gobiernos rectorales, sin la fiscalización de unas elecciones, para la reelección. ¿Qué habría pasado con esta gerencia si esta norma hubiera sido la vigente durante el mandato de Pilar Aranda?
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Que conste que el rectorado de Aranda, ha sido aceptable en muchos aspectos, particularmente, en lo referente a la Negociación Colectiva, a las Mesas de Negociación en general y a la política del PDI en particular (aunque esperemos que no la fastidien con el Premio de Funcionarización). Pero, la gran sombra que le ha salido, con la que se van, ha sido la actuación de la gerencia de este segundo mandato.
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